lunes, 18 de abril de 2011

Esta noche te haré sentirte especial. Te recojo a las 8, ponte guapa. Marco.
Laura sonrió al ver las palabras de Marco escritas en la factura de su café. Marco era un auténtico capullo, y cualquiera podría darse cuenta. Pero las mujeres somos algo masocas, y no nos atraen los buenos chicos, sino los que son arrogantes y nos hacen daño. Marco era atractivo, siempre iba vestido de traje, y tenía una mirada que dejaba sin aliento. Perdía el encanto una vez sufrías las consecuencias de su embrujo.
-Jake
-¿Que pasa?
-¿Perdón?
-Que he que...
-Ya lo he oído
-No te mosquees
-Que no me mosquee... Así que aquella mañana Marco si que venía de tu casa
-No, ya te dije que no. No sabía que hacía en mi edificio
-Bueno... ¿y a que se debe que hayas cambiado tanto de opinión?
-Desde que llegué, lo único que he hecho es alejar a la gente de mi, me he aislado del mundo, la única persona a la que conozco de verdad eres tú. Yo no soy así, pero me han pasado tantas cosas que...-Las lágrimas se desbordaron sin querer- Todas aquellas personas a las que quería me fueron abandonando- Jake la abrazó
-Sabes que yo te apoyaré siempre. Tu madre estaba enferma y tarde o temprano sabías que pasaría. Max... Max era un capullo que no te merecía y tú le diste puerta, e hiciste bien en hacerlo. Si no hubiesen pasado esas cosas tú y yo no nos habríamos conocido -Laura lloró con fuerza- Cariño no llores...que te pones muy fea- Sonrió forzadamente y se quitó las lágrimas de las mejillas- Ahora vete a casa, que yo le digo a Nick que te encontrabas mal. Pasatelo bien con Marco ¿De acuerdo?
-Vale... gracias Jake- Le abrazó con fuerza y besó con ternura su mejilla
-Mañana te llamo y me cuentas que tal salió la noche- Besó su frente
-Hasta mañana
-Adiós guapo- Laura salió despacio de la cafetería. Cogió una toallita de su bolso y se limpió los chorretes de las mejillas. Pidió un taxi y se dirigió al centro. Una cosa ocupaba su mente. Fue a aquella tienda de ropa que tanto le gustó la última vez y aún seguía el vestid o azúl iluminando aquel escaparate. No lo dudó un segundo y entró a comprarlo. Hacía mucho tiempo que nada le hacía tantísima ilusión. Iba a salir con Marco, y no le disgustaba la idea.
Fue corriendo a casa, ya eran las 7 y aún tenía que arreglarse. Optó por llevar el pelo suelo, al natural, nada demasiado estravagante. Escogió unos tacones de un azul un poco más fuerte que el vestido, y se puso una sombra de ojos azul, a juego con el vestido. Sonó el timbre, y se puso unas gotitas de colonia en el cuello y en las muñecas.
Estaba esperandola en la puerta, elegante como siempre, y con esa sonrisa torcida, tan pícara y a la vez dulce. Cuando la vio salir del portal su rostro cambió.
-Hola...-Dijo Laura tímida, con una leve sonrisa
-Hola
-Bueno...
-Estas preciosa
-Tu también estas muy guapo
-Lo se. Bueno, vamos que llegamos tarde
-¿Donde vamos?
-A mi sitio preferido
-Vale...-La agarró de la mano y la ayudó a subir al coche.
Era el comienzo de una interesante noche.

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