domingo, 17 de abril de 2011

Autor anónimo

-No es justo- dijo para si misma. No podía dejar de leer la carta una y otra vez. No sabía si reír, llorar... no sabía que sentir al respecto. Nuevos sentimientos se estaban despertando en ella, pero aún era pronto para saber si iban en la misma dirección que los de Jake. Cerró el sobre y se metió en la ducha. Pensaba, lo único que hacía era darle vueltas. Se vistió para ir a trabajar y cruzó los dedos para no encontrárselo en la cafetería.
Él estaba allí, tras la barra conversando con una chica. Laura se acercó y le dio una palmadita en el hombro -Buenos días- Jake la miró como siempre, son una sonrisa -Hola Laurita- Laura lo miró de arriba a abajo, no notó ninguna expresión rara en el, ni signos de que se hubiera ruborizado, nada extraño.
-Tenemos que hablar
-¿Que ha pasado? Si es por lo de el otro día, con Marco... he de admitir que me comporté como un gilipollas, y lo siento, tuve un mal día y lo pagué contigo. Supongo que no me gustó pensar que tú y él podríais ser amigos...no te conviene
-No es sobre eso de lo que quería hablarte, pero acepto tus disculpas
-¿De qué querías hablar entonces?
-De la carta Jake, de la carta
-¿Qué carta?
-La ridícula e infantil carta que...- Le miró a los ojos, no sabía de que hablaba- que tenemos en esta cafetería. ¿Menú de niños? Estamos incentivando a los padres a que los chicos y chicas se crean niños continuamente ¿Pero en que mundo vivimos Jake? Estoy... indignada- Dio media vuelta con resignación y se metió en la cocina -Oh joder, no sabe nada ¿quién ha podido ser?- Por un momento pensó que podría haber sido Marco, pero ¿el sobre? no era suyo, y él había pasado la noche en su casa... las cosas no encajaban. Además, Jake tenía novia, era la chica que estaba sentada en la barra.
Alguien observaba a Laura desde la esquina de la cafetería, con una sonrisa torcida y llena de satisfacción. Laura se sintió observada, y por alguna razón miró hacia esa esquina, pero no había nadie. Le llegó una fragancia que le resultaba conocida. Corrió hacia la puerta y vió alejarse a un chico con traje. Era Marco.
-¡Marco!- Gritó. Marco se giró hacia ella y se metió las manos en los bolsillos
-Hola Laurita
-Has sido tú ¿Verdad?
-Si, soy culpable
-¿Porque lo has hecho?
-¿Hacer el que?
-Vamos, acabas de decirme que si has sido tú
-Lo dije por darle morbo a la conversación
-Oh claro... había olvidado que eras gilipollas...
-Un fallo lo tiene cualquiera
-Bueno, pues nada...- Laura se dio media vuelta y se metió en la cafetería. No entendía nada, la carta estaba firmada por Jake, pero él no había sido el autor de tal declaración. Solo una persona más sabía que ellos dos habían ido a aquel bar esa noche.




No hay comentarios:

Publicar un comentario