miércoles, 30 de marzo de 2011

Por Matt

Caminaba por la playa de la mano de su madre. Ella sonreía y le contaba anécdotas sobre las pasadas navidades, los veranos en casa de su tío John... Su madre se agachó y recogió de la arena una concha, que estaba partida por la mitad -Cariño, vamos a encontrar la otra mitad- La pequeña Laura soltó una pequeña risotada -Pero mami ¿cómo quieres que encontremos la otra mitad? ¡La playa es muy grande, y el mar mas aún!- Su madre le acarició las mejillas -Cielo, cuando menos te lo esperes, cuando no la busques... aparecerá- Besó su frente -Ahora me tengo que marchar pequeña, pero no olvides lo que te he dicho- Y se adentró en el mar, como si no escuchara a Laura gritar -¡Mamá! ¡No te vayas! ¡No me dejes sola por favor!- Se despertó sobresaltada. Gotas de sudor se derramaban por su frente y el corazón le latía como si se le fuera a salir del pecho. Miró el reloj y eran las 4 de la mañana, y optó por levantarse a beber un vaso de agua. De repente sonó el timbre y del susto, derramó el agua en la mesa de la cocina -Joder, quien será a estas horas...- Se acercó a la puerta y posó el ojo en la mirilla. -¿Que haces aquí? ¿Pero tú sabes que hora es idiota? -Abreme por favor -No, largate -Laura, necesito hablar contigo -Pues yo no, largo o llamo al portero -Laura, estoy desesperado, si no me abres no se lo que voy a hacer -¿Qué quieres de mi? -Solo quiero hablar contigo -No son horas... mañana hablamos. Vete a dormir anda, que traes una cara... -Al darse cuenta de ello, Laura abrió la puerta de golpe y se acercó a él.-Eh, eh, Marco ¿estás bien?-Le pasó las manos por los ojos, pero Marco no se inmutó. Tenía la mirada perdida y las piernas le temblaban -No me jodas Marco, por favor- Laura apoyó a Marco en sus hombros y lo metió como pudo en casa. Le sentó en el sofá y cogió un barreño y trapos mojados en agua helada. Se arrodilló en frente de él -Venga Marco dime algo, lo que sea, cualquier cosa- Marco le perforó con la mirada -Ayúdame- Laura le pasó el paño mojado por la cara, la nuca y las muñecas -Tranquilo, no pasa nada- Se sentó a su lado en el sofá y le sujetó la cabeza. Marco se inclinó hacia el barreño y empezó a vomitar, Laura mientras, le acariciaba la espalda y sujetaba con fuerza su frente. Horas más tarde Marco se quedó dormido y Laura llamó a la cafetería -Eh... hola Jake, verás, tengo un problema...-Miro a Marco, pero decidió no decírselo -Nada, nada serio, no te preocupes. Ayer me sentó fatal la cena y me he pasado toda la noche vomitando... si, muy agradable. No creo que pueda ir al turno de mañana, ¿supone algún problema?... muchas gracias, nos vemos luego, si... adiós- Tras colgar se acercó a Marco y le dio unos pequeños golpes en la mejilla -Marco... venga, despierta, tienes que comer algo...-Marco abrió los ojos poco a poco -Hola... -Hola, anda, hola-Laura sonrió- Ayer me diste un buen susto -Ayer me dí un buen susto -Tienes que comer, he comprado un par de tabletas de chocolate, te caerán bien, ya verás -No puedo comer nada, solo de pensarlo...-Se tapó la boca con la mano -No Marco joder, no tienes nada en el estómago. Hazme caso -Está bien...-Laura le dio un trozo de chocolate. El primero se lo comió con desgana, pero los demás se los comió en un segundo. Sentía como la tensión le iba subiendo poco a poco -Gracias... -Nada... pero, ¿Cómo es que acudiste a mi? -Sé que tu sabes de estas cosas -¿Qué sabes? -Me dijiste el otro día en la cafetería que por desgracia si sabías de esto... me pilló cerca de aquí y me encontraba fatal, la primera persona que se me pasó por la cabeza fuiste tú y... lo siento, no debí haber venido a esas horas y en esas condiciones. -No pasa nada... mejor que te pasara aquí que en la calle -Todo eso que hiciste... ¿como...? -Mi hermano. Mi hermano era como tú. Tenía que hacer estas cosas muchas veces a lo largo de muchos años, hasta que él ya no aguantó más... -¿Qué le pasó? -Se fue. No se nada de él desde hace 7 años. -¿Porqué se fue? -Porque no podía dejarlo, y no podía seguir viéndonos a mi madre y a mi sufrir. Yo quería ayudarlo, pero las personas como él están tan trastornadas que no se dejan, no quieren ayuda y no admiten su situación... hasta que se ven tan desesperados y se marchan, como le paso a Matt, o hasta que mueren... -Yo no se que va a ser de mi Laura... -Tu eres un hombre al que le van bien las cosas. Tienes estudios, trabajo, dinero, una familia... tu situación es ejemplar, y en serio, no entiendo cómo has acabado así. Tú puedes dejar esa costumbre, porque lo tuyo no es un vicio, es una costumbre... -Cada vez me cuesta más -Pues... es cuestión de fuerza de voluntad Marco...-Marco agachó la cabeza - Bueno, dúchate. Te he lavado la ropa que llevabas ayer, ahora te la dejo en la habitación. -¿Porqué haces esto? -Porque eres el hermano de mi mejor amigo, y no quiero que Jake termine como yo he terminado. -¿No lo haces por mi? -No lo se -¿No lo sabes? -No se que pensar de ti. -No pienso volver a estar así -Eso depende de ti Marco -Lo se...- Marco se levantó poco a poco y se metió en el baño. Laura recogió el salón y la cocina y le dejó su ropa en el baño. -Bueno... yo me tengo que ir, en el trabajo se estarán preguntando donde estoy -Vale. Y deja de hacer tonterías anda, no te abriré la puerta en estas condiciones nunca más -¿En que condiciones me abrirías entonces la puerta Laurita?-Laura le sacó el dedo -gracias... por cierto, ¿tú y Jake...? -Yo y Jake nada -Por cierto, ¿tú y yo...? -Dios Marco largate- Marco soltó una carcajada -Vale vale, ya me voooy...- le dio un beso en la frente- Hasta otra Laura... -Anda, adiós- Laura sonrió y Marco salió de la casa Laura respiró aliviada. Miro cada rincón de la casa recordando todo lo que había pasado anoche. Nunca imaginó que ayudaría a Marco en algún momento y recordó las palabras de su madre "Cuando menos te lo esperes, cuando menos lo busques..." y se estremeció -Joder mamá, a veces das miedo...- Pero se sintió bien, había ayudado a una persona que desesperaba, como desesperó en aquel tiempo su hermano Matt. Entonces recordó las palabras de Marco "Tú y yo..." y pensó en lo ridículo e inmaduro que había sido esa noche. Se sentía tan satisfecha que no pudo imaginar quién entraba en su portal a la vez que Marco salía...

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