sábado, 2 de abril de 2011

PD: Te quiero

-Vaya, hola hermanito
-Hola ¿Qué haces tú aquí?
-Nada que deba preocuparte ¿Y tú?
-Yo vengo a ver a Laura. Está enferma y vengo a ayudarla un poco, me he pedido el día libre en el trabajo
-Oh, que educado eres
-Es mi amiga y es lo mínimo que puedo hacer por ella
-Claro...
-Un momento ¿Qué se te ha perdido a ti por esta zona?
-Ya te he dicho que no pasa nada, no seas pesado
-Vienes de casa de Laura
-Pero que dices tío...
-Ya has vuelto a molestara ¿No?
-No he molestado a nadie. ¿Quieres sabes lo que hago aquí? Aquí vive una amiga muy simpática de la clínica con la que he pasado una preciosa noche ¿Quieres saber lo que hicimos Jake?
-Que asco me das...
-Tú preguntaste.
-En fin... voy a casa de Laura- Jake subió por la escalera contraria
-¡Jake!- Gritó Marco
-¿Si Marco?
-Se te han caído las servilletas
-Gracias...- Marco salió del edificio con una sonrisa torcida, el plan de Jake no había funcionado. Jake subió por las escaleras, sin conseguir quitarse de la cabeza la imagen de Marco saliendo del edificio de Laura. Ninguno de sus médicos de la clínica vivía por esa zona, o al menos eso recordaba de la última cena de empresa a la que le llevó su hermano. Decidió no darle más vueltas y llamó al timbre
-¿Sí?
-Soy Jake- Laura corrió por toda la casa, dejando pañuelos de papel arrugados por el suelo, desordenando un poco el salón y poniéndose una manta sobre los hombros para que Jake pensara que estaba enferma. Se despeinó un poco y abrió la puerta.
-Vaya... hola Jake
-Que... que cara llevas Laurita
-Si, una noche muy movida- La imagen de Marco volvió a la mente de Jake
-Pobrecilla
-Bueno... me encuentro mucho mejor, podré ir a trabajar esta tarde sin problemas.
-Y esta mañana también por lo que veo
-¿Qué quieres decir?- Le hizo pasar
-Que a mi no me engañas Laura
-¿Cómo?
-He visto salir a Marco de tu edificio
-¿A Marco?
-Si, Marco, mi hermano, la persona que tu detestas, salía de tu edificio
-¿Y?
-Explícamelo tú
-No tengo nada que explicarte, no se que hace Marco dando vueltas por mi edificio. Algún amigo suyo vivirá por aquí.
-No, sólo una persona que el conoce vive aquí, y eres tú
-Mira Jake, piensa lo que quieras
-¿Estais...?
-Dios Jake, si te vas a estar montando paranoias te vas
-Quiero que me digas la verdad, pero mírame a los ojos Laura- Laura se acercó a el y le miro a los ojos
-Marco no ha estado en esta casa, ni lo estará jamás.
- Está bien...
-¿Qué es lo que te molesta tanto Jake?
-No me molesta, simplemente quiero que seas sincera conmigo
-Me da la sensación de que te molestó ver salir a Marco de mi edificio
-No, en realidad me da igual
-Y en el caso de que hubiera estado aquí, ¿qué más te da?
-A mi me... me da igual. Simplemente me parecería extraño que de detestarlo a muerte, lo metieses en tu casa
-Por cómo te has puesto parecías celoso
-No estaba celoso, ni mucho menos...
-Vale, porque te recuerdo que tú y yo somos amigos, y tú tienes novia, tema del que por cierto no te has dignado a decirme ni una sola palabra.
-No tengo nada que decir
-No, no tienes nada que decirme a mí
-Pues eso
-Bueno, está bien, no me digas nada, no me importa lo que hagas o dejes de hacer con tu novia. Se me está revolviendo el estómago, ¿Porque no te largas y me dejas tranquila?
-Tampoco hace falta que te pongas así
-Entras en mi casa llamándome mentirosa, acusándome de cosas que se te pasan por la cabeza, me montas una escenita de sinceridad, y luego yo te pido que seas sincero conmigo y me dices "No tengo nada que decir"
-Vale, lo siento... te contaré todo, vamos a sentarnos...
-No, gracias, creo que se me han quitado las ganas de saber nada de ti hoy. Márchate- Dejó una bolsa encima de la mesa de la cocina y se fue.
Laura se sentó en el sofa y se quedó con la mirada perdida. ¿Qué había hecho? había echado a su mejor amigo de su casa por una tontería. Él sospechaba algo, pero no podía contárselo ella, tendría que hacerlo Marco. Si Jake se enteraba de que Marco había pasado la noche en su casa no le hablaría jamás. Y luego el tema de su novia... cambiar de tema tan drásticamente le salió caro. ¿Quién era esa chica a la que besó Jake en aquel bar? ¿Y porqué le importaba tanto?. Al pasarse esos pensamientos por la cabeza de Laura se sintió mal de verdad y fue corriendo al baño. Jake había puesto enferma a Laura, literalmente.
Horas más tarde sonó el teléfono.
-¿Si?
-Hola Laurita
-¿Quién es?
-Soy yo, Marco
-Ah, hola... ¿cómo te encuentras?
-Bien, perfectamente
-Ah, vale
-Espero que Jake no te haya montado una escena
-Lo ha hecho, sospecha algo
-No te preocupes, no se enterará, yo me encargo
-¿Y cómo lo vas a hacer?
-Me aseguraré de que me vea salir con una señorita del portal de tu edificio
-De acuerdo...
-Lau
-¿Qué?
-Muchas gracias por todo lo que hiciste anoche por mi
-De nada... pero te agradecería que no volvieras a mi casa por favor
-¿Porqué?
-Por que no quiero verte por aquí. Marco, eres buen tío, pero estás mal, no me convienes y no quiero buscarme peleas con Jake
-Bueno... vale
-Adios - Laura colgó y se marchó a su habitación a vestirse. De pronto recordó la bolsa que Jake había dejado en la mesa de la cocina. La abrió y encontró una chocolatina, un sobre para hacer sopa, una caja de pañuelos de papel y una carta. Cogió el sobre y leyó despacio:

Querida Laura:

No me he atrevido a hablar esto contigo aún, porque no sabía como explicarte todo lo que me ha pasado estas últimas semanas. Desde que te conozco me has demostrado que eres una gran amiga y que puedo confiar en ti. La otra noche, cuando fuimos a aquel bar, besé a una chica. Se llama Nina, la conocí hace un par de meses en un festival de música en Ohio, con el que fui con un par de colegas. Ella es increíble, pero... no se, las cosas no van. Desde aquella noche no la volví a llamar, ni la volví a ver. Hay algo que me ronda la cabeza desde que te conozco y... no se. No se explicarme, supongo que me importas más de lo que te esperabas y de lo que yo mismo me esperaba. Las cartas de amor no son mi fuerte, pero no sabía de que otro modo decírtelo.

Jake

PD: Te quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario