miércoles, 16 de marzo de 2011

Marco

-¿Qué se le ofrece?
-Un café solo por favor
-Enseguida

Laura esperó a que se calentara la cafetera. Observó que el muchacho sacaba un cigarro de su cartera y buscaba el encendedor entre los bolsillos de su abrigo.

-Disculpe- El chico hizo oídos sordos a la llamada de atención de Laura.
-Disculpe, aquí no se puede fumar- A Laura le temblaban las piernas, nunca antes había llamado la atención a nadie. El muchacho la miró desafiante.
-¿Cómo?
-Lo siento, pero si quiere fumar tendrá que salir a la calle
-No veo ningún cartel que lo impida.
-Mire, no hay cartel, pero tengo ordenes estrictas de que no deje fumar a nadie aquí dentro. Si tiene algún problema, hable con el encargado, yo solo soy...- El chico se bebió el café de un trago y miró a Laura -Invita la casa ¿no?- Laura se quedó paralizada y vio como el chico salía de la cafetería. -Vaya un idiota...
-¿Qué pasa Laura?
-Nada, un grosero.
-¿Que ha pasado? ¿Te a hecho algo?
-No, Jake, no. Se quiso encender un cigarro dentro de la cafetería, le dije que no estaba permitido, se bebió el café y se fue sin pagar.
-Oh ya veo...
-No te preocupes, lo pondré de mi bolsillo, ha sido culpa mía...
-No, no hace falta
-No voy a dejar que lo pongas tú..
-Nadie lo va a poner, ese chico puede tomar los cafés que se le antojen.
-Vaya, que suerte, ¿Y se puede saber porqué?- Laura soltó una carcajada.
-Porque ese chico es mi hermano.
-No lo sabía... lo siento, tendría que haber dejado que fumara dentro, nadie me avisó...
-No importa, él siempre tendrá prioridad para todo, recuérdalo -Dijo Jake, algo molesto.
-Pero Jake, no entiendo... -Jake no le dejó terminar y se fue a la cocina. Laura atendió un par de clientes y limpió las mesas. Se sentía culpable, algo pasaba entre los dos hermanos, y ella solo quería ayudar. Cuando terminó el turno de mañana sirvió un par de cafés en una mesa y llamó a Jake.

-¿Jake?
-Dime
-¿Puedes venir un momento?
-Si, claro- Sonrió al ver que laura le esperaba en una mesa con un par de cafés -Tengo muchas cosas que hacer Laura... ¿Porqué no lo dejamos para luego?
-Ahora, siéntate. -Jake, resignado se sentó en frente de Laura -¿Qué pasa Jake?
-Nada ¿Qué va a pasar?
-¿Porqué has reaccionado tan mal cuando te he contado lo de tu hermano?
-Digamos que Marco y yo no nos llevamos del todo bien...
-Continúa
-Eres una cotilla
-No, sólo quiero ayudarte, trabajo aquí, y eres el único en el que puedo confiar...
-Pues... Marco siempre fue el predilecto. El fue a la universidad, sacó su carrera de medicina, y ahora está comenzando un proyecto con un colega suyo para montar una clínica cerca de aquí. Mi padre adora a Marco y...
-A ti también te adora, no digas estupideces.
-Yo llevo aquí desde que tenía 13 años, nadie me dio la opción de ir a la universidad. Terminé el instituto con matrícula, podría haber tenido mil oportunidades en la vida. Y lo único que mi padre quiso para mí es que llevara el negocio. Ah, y mi sueldo paga los cafés que Marco se toma todos los días.
-A ver Jake, por lo poco que se de tu familia, y lo que veo cada día, es que tu padre te quiere. Si decidió que lo mejor que podrías hacer es quedarte en la cafetería, es por tu bien. Si te deja a cargo de la cafetería y a tu hermano no, es porque confía en ti, y sabe que puedes llevar la cafetería mejor que él.
-Si eso ya lo se...
-¿Nunca le has planteado a tu padre lo de la universidad?
-No quería decepcionarle...
-Jake, si no lo intentas, nunca lo sabrás. Tu padre no sabe lo que quieres en la vida, a lo mejor si le dices que quieres ir a la universidad te apoya...
-No se, ya lo pensaré, pero gracias Laura, se que puedo contar contigo- Se levantó de la mesa, besó a Laura en la mejilla y entró en la cocina. Minutos más tarde salió con un par de cascos y unas llaves en la mano.

-¿Quieres que te acerque a casa?
-Vivo cerca, puedo ir andando.
-Va, déjame que te ahorre tiempo.
-Está bien


Jake acercó a Laura a casa, en un par de minutos ya estaban allí. Laura había hecho un amigo en Michigan. Ese fue el principio de una gran amistad.










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