jueves, 22 de octubre de 2009

Diferentes

Debbie andaba bajo la lluvia. Se dirigía a su casa sin ganas. Ultimamente todo le iba bien. Sacaba buenas notas, tenía un novio que la quería, sus padres estaban encantados con ella... Pero se sentía vacía ante la evidente perfección. Todo giraba en torno a Josh, su novio, aunque ella no lo llamaba así, lo llamaba su mitad, su mejor amigo, y eso a el le daba rabia porque parecía que ella no estaba de acuerdo en que estubieran juntos. La cosa era que ella lo quería pero... No encontraba la palabra con la que describir sus sentimientos hacia Josh.

-Hey!

Alguien llamó a Debbie por detrás. Era un chico con un paraguas. Debbie se giró.

- Emm... Hola.
-Pareces algo... ¿mojada? -Debbie le sonrió.
-Si, me suele pasar cuando me cae agua encima ¿a ti no te pasa?
-No, suelo ser más listo que tu y salgo de casa con un paraguas...
-JA-JA-JA
-¿Cómo te llamas?
-Debbie ¿y tú?
-Jeff
-Encantada. ¿Y qué quieres Jeff?
-Bueno, vi que te mojabas y decidi...

Una fuerte ráfaga de viento hizo que el paraguas negro de Jeff saliera volando hacia la carretera.

-Emm... espera un momento. -Debbie empezó a reir y fue a por el paraguas. Cuando Debbie se agachó para cojer el paraguas una luz la cegó.

-Debbie!

Entonces Jeff la placó al otro lado de la carretera y allí se quedaron los dos, tirados en el otro lado de la carretera. Debbie estaba temblando con la mirada perdida, y Jeff la abrazaba con los ojos cerrados. Ambos estaban empapados. Jeff decidió que alguien tenía que decir algo.

-Debb... Debbie ¿estás bien?- Jeff le acarició el brazo.
-Jeff... Tengo frio, sácame de aquí.

Jeff cogió a Debbie en brazos y se metió en el primer sitio seco que encontró. Parecía una nave industrial. Estaba oscuro a pesar de la pequeña luz que parpadeaba en una lámpara vieja. Jeff reunió unos cuantos plásticos llenos de bolitas de gomaespuma y acostó a Debbie. Estaba todavía en estado de shock con la mirada perdida. Jeff se acercó a ella y le susurró al oído.

-Debbie... ¿A qué hora tienes que estár en casa?
-No... No tengo hora.
-Vale... Ahora tienes que cerrar los ojos y dormir un poco...
-¿Y tú que harás?
-¿Yo? Nada.
-Vale...

Debbie cerró los ojos y se quedó durmiendo. Jeff se acostó al lado de ella y la abrazó para mantenerla caliente. La miró todo el tiempo. Memorizó todas las pecas de su cara y todos los lunares. Memorizó esos ojos azules turquesa que tenía y esos mechones rubios que caían por su cara. Esos labios carnosos y esos dientes perfectos y blancos. Levantó un poco la cabeza para mirar su cuerpo y se perdió en sus curvas. La recorrió con la mirada durante una hora, parandose en cada una de las partes de su cuerpo. Entonces Debbie despertó.

-Hola Jeff
-Hola Debbie ¿Cómo te encuentras?
-Perfectamente. Gracias.
-¿Porqué?
-Por salvarme de ese coche, por cogerme en brazos y por hacerme una cama tan cómoda.
-De nada nena.

Ella lo recorrió con la mirada a él, pero más descaradamente. Entonces se mordió el labio. Él pilló la indirecta y la besó con fuerza. Debbie se puso encima de él y pasó lo que tenía que pasar. Una pasión desenfrenada los envolvió durante horas y horas. El frío que tenía Debbie se convirtió en una nube de vapor que inundó los cristales de la nave. Sus cuerpos se hicieron uno sin control.

-Dios Jeff
-¿Qué pasa Debb?
-Ha sido... perfecto.
-Excepto por una cosa...
-¿Cuál?
-Estar en una nave industrial es poco romántico ¿No crees?
-Me da igual, estaba cansada de velas perfumadas, baños de espuma y mariconadas de esas.
-Ah... Bueno es saberlo. -Jeff se rió.
-Jeff... Estoy aburrida de todo. De mis padres, de mi novio, de mi vida...
-Y...¿Porqué no te quedas conmigo?
-Oh Jeff...
-Yo soy diferente.-Debbie se rió.
-¿A si? ¿y cómo estás tan seguro de que eres diferente?
-Porque te recuerdo que has conocido hace exáctamente 5 horas y 22 minutos y ya estoy enamorado de ti.
-¿Si?
-Si. -Jeff besó con ternura a Debbie.
-Yo siento lo mismo.

Jeff acompañó a Debbie a casa, y la agarró de la mano durante todo el camino.

-Bueno... Es aquí.
-Bonita casa Debb
-Gracias.
-¿Nos vemos mañana?
-Claro.
-En... en la vieja fábrica de cerillas ¿Vale?
-Mmm...eres diferente.
-Eso dije yo antes. -Debbie sonrío y lo besó.
-Te quiero Jeff Harrison.
-Te quiero Debbie Adams.

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