lunes, 14 de marzo de 2011

Laura

Podía ver como las nubes pasaban, y sentirse grande al ver la ciudad a sus pies tan pequeña. Una pequeña lágrima rodó por su mejilla y un suspiro silenció sus pensamientos. Su madre se fue tras un verano maravilloso. Había podido despedirse de ella y darle todo su amor y los últimos besos. Habían llorado, reído, caminado por la playa, mirado las estrellas desde aquel balcón en Joulters Cay... Escuchó entonces la voz de su madre, que le decía "Laura, cada vez que respires, cada vez que pienses en mí, estaré a tu lado" "¿Aunque no te pueda ver mami?" "Aunque no me puedas ver".

Después del funeral, esperó a Max durante horas sentada en el porche de la que sería su futura casa. El móvil estaba apagado y no había nadie en su casa. Tenían planeado escaparse unas semanas para alejarse de todo aquello y hacer que Laura olvidase el vacío que había dejado su madre en la casa de Joulters. Pero Max no apareció. Tres meses después Laura cogió el primer vuelo que le llevaba a Michigan, a su nuevo hogar.

Al llegar a Michigan cogió un taxi en el aeropuerto, y sacó un papel de su bolsillo. El papel contenía la dirección del piso que su padre le había regalado años atrás para compensar el vivir lejos y con su nueva familia. Al llegar al piso quedó boquiabierta, era un ático grande y espacioso, con una ventana circular que daba al Estatal Ludington. Soltó sus maletas y se metió en la bañera. Pensó en muchas cosas antes de quedarse dormida.

Horas después despertó y se vistió, en Michigan comenzaba a hacer frío y el sistema de calefacción de la casa no estaba encendido, así que se cubrió de mantas y se sentó en la ventana circular. Alguien llamó a la puerta:

-Hola- Dijo.
-¿Qué haces tú aquí?
-Laura, olle lo siento, nena escúchame...
-Te necesitaba, te he estado necesitando durante tres meses y tú me has dejado sola en esto -Laura rompió a llorar sin poder evitarlo.
-No, verás, es que Joe...
-Es que Joe, siempre es Joe...
-Teníamos un partido muy importante, no me imaginé que Sarah...
-Que mi madre muriera tan pronto ¿No?
-Laura, joder, lo siento, déjame estar contigo.
-Tres meses Max, tres meses sentada cada noche esperándote en la escalera. Ni una llamada, ni un mensaje, ni una señal ¡Nada! y pretendes que ahora te deje pasar a mi casa como si nada...
-Laura, te quiero.
-Pues yo a ti no, márchate y no vuelvas nunca más, no quiero verte.
-Laura...
-Adiós Max- Cerró la puerta de golpe, esperando haberle dado en la cara con ella.



-Ya es hora de empezar Laura, comienza una nueva vida.

1 comentario:

  1. soy paus desde la cuenta de mi madre :)
    como siempre una historia guay :)
    me ha encantadoo tequierooo meri♥

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