miércoles, 14 de octubre de 2009

Ese día perfecto

Era sábado, hoy era el día. Ale, Marta y yo nos queríamos comer la noche, un sábado es un sábado, y daba igual lo que pasara. Me puse un vestido negro, corto, muy corto y unas romanas discretas. ¿El pelo? ¿que más daba el pelo? Ibamos a bailar toda la noche y no me iba a preocupar por eso. Un maquillaje discreto un bolso y ganas de pasarlo bien, así salí de mi casa. Me encontré con ellas en la puerta, como habíamos quedado, estaban preciosas. Ale llevaba un vestido lila que me encantaba con unas cuñas de 50 cm de alto. Me la quedé mirando de arriba a bajo.

-¿Qué pasa? Que hoy quería ir femenina, coño.
-Estás genial, idiota.

Me reí. Marta iba como siempre, perfecta. Un vestido corto, mucho más corto que el mío. Era azul y verde creo recordar, con un estampado de leopardo. Y unos taconazos que daban vértigo.

-Bueno qué ¿nos vamos?- Dije yo.
-Si porfavor, que necesito un cubata ¡Ya!- Dijo Marta.
-Venga, vamos...

Empezamos a andar... Dios mío, el camino se me hizo larguísimo. Entre las cuestas, el calor, los zapatos de Marta y Ale que no paraban de quejarse...¡Interminable! Pero porfín llegamos a las tascas y lo flipamos...

-Dios mío, cuanto guiri junto ¿no?- Dijo Marta.
-Oh si, y que guiris...-Dije yo. En ese momento pasó el tipico chico americano de sonrisa perfecta, rubio de ojos azules.
-Madre...- Dijo Ale.

Entramos a un pub llamado Habana. Había muy buen ambiente. Empezamos con una ronda de chupitos de tequila. La primera en beberselo fue Marta. Luego Ale. Y claro, luego yo. Dios como me ardía la garganta, que asco... Pero extrañamente, tenía ganas de otro. Uno detrás de otro hasta que bebimos 5 chupitos cada una. Con el puntillo del tequila salimos del pub a dar una vuelta, a ver a la gente que pasaba por allí. Derrepente escuché de fondo un tema de The Fray, quien lo cantaba lo clababa, tanto que fuí corriendo a ver de quien se trataba. Me puse frente a la puerta del pub. The Bushwacka. El portero me miró de arriba a abajo.

-Enseñame el carnet, anda.
-Lo siento, no lo llevo encima, pero no quiero beber, solo le pido cinco minutos para ver al grupo que está tocando...
-Mmm... Bueno, pasa. Pero solo cinco minutos.
-Muchísimas gracias.

Entré corriendo. Era un grupo de cuatro chicos. Irlandeses. Miré al cantante. Tenía el pelo largo, no era muy guapo la verdad. Pero tenía una voz impresionante, cantaba tan bien... Giré la vista al chico que tocaba el bajo. Dios mio, que chico tan guapo. Me sonrió, y yo le saludé con la mano. Estubo mirandome durante los cinco minutos que me quedé. Cuando me fuí me despedí con la mano y el me dedicó otra sonrisa. Estube con su sonrisa en mi cabeza toda la noche. Bailé, bebí, fumé... Me lo pasé bien. Pero... Fué mucho mejor el Sábado que pasé despues...

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